Sorprendido. Así quedé al leer el artículo de opinión “Redes sociales en Nicaragua” publicado en La Prensa recientemente.
El autor se pregunta: “¿estamos preparados para redes sociales?”, para luego contestarse: “Hago la pregunta, porque además de encontrar a gente con la que somos afines y compartimos intereses, nos encontramos a los que no tienen ética alguna y crean cuentas <<falsas>> y les da la oportunidad de señalar, criticar, calumniar y destrozar, sin el más mínimo sentido del respeto y de la integridad, con un nivel de inmadurez que asombra.” http://www.laprensa.com.ni/2011/12/13/voces/83689
La Web y las redes sociales representan el mundo plural en el que vivimos, no siempre nos encontraremos a gente dispuesta a compartir nuestra opinión, eso tampoco ocurre “offline”.
Esta pluralidad de ideas y el estar abiertos a ellas es importante a la hora de enriquecer un debate, en el momento que se quiera tener uno. Sin embargo, al ver las cosas de esta manera, perdemos el punto sobre cómo manejamos la presencia de una empresa en la Web y redes sociales, que creo tiene menos que ver con debatir y mucho más con escuchar. Veamos.
Imagino que decenas de clientes insatisfechos acuden diariamente a los canales tradicionales de quejas de la empresa en la que trabaja el autor del artículo. Lo supongo porque la cantidad de abonados de sus servicios se cuentan en millones, y margen para cometer errores siempre habrá.